La historia de la primera IA en salir al mercado: ELIZA y su legado
Descubra la historia de ELIZA, el primer chatbot de IA. Un recorrido por los hitos que marcaron el inicio de la inteligencia artificial.

La historia de la primera IA en salir al mercado: ELIZA y su legado
La inteligencia artificial (IA) es un término que ha capturado la imaginación colectiva, especialmente en los últimos años con el auge de plataformas como ChatGPT. Sin embargo, el camino hacia la IA moderna es largo y está lleno de hitos pioneros que se remontan a varias décadas atrás. Mucho antes de que los modelos de lenguaje a gran escala existieran, los investigadores ya exploraban las posibilidades de crear programas que pudieran simular el pensamiento humano. El concepto de la IA, formalmente acuñado en 1956, no tardó en dar sus primeros frutos. La búsqueda de la primera IA en salir al mercado nos lleva a una época donde los computadores eran máquinas gigantescas y el acceso a la tecnología era limitado a entornos académicos y de investigación. Sin embargo, fue en este contexto donde se gestaron los programas que sentarían las bases de lo que conocemos hoy. A diferencia de las IA actuales que buscan resolver problemas complejos o generar contenido, los primeros programas se enfocaban en demostrar la viabilidad de la inteligencia artificial a través de tareas específicas. Este artículo le guiará a través de la fascinante historia de la primera IA en salir al mercado y de otros hitos que moldearon el futuro de esta tecnología.
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ELIZA: el primer chatbot de la historia
En 1966, el programa ELIZA, creado por Joseph Weizenbaum en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), marcó un antes y un después en la historia de la inteligencia artificial. A menudo referido como el «primer chatbot», ELIZA fue diseñado para simular una conversación con un terapeuta rogeriano. A través de un conjunto de reglas, el programa analizaba las frases de los usuarios y respondía con preguntas abiertas o reformulando sus propias palabras. Por ejemplo, si un usuario escribía «Estoy triste», ELIZA podría responder «¿Por qué está triste?». A pesar de su simplicidad, el programa logró convencer a muchas personas de que estaban conversando con una entidad inteligente, demostrando el poder del procesamiento del lenguaje natural. Aunque ELIZA no «entendía» realmente lo que se le decía, su capacidad para generar una respuesta coherente a partir de la entrada del usuario fue revolucionaria. Este experimento mostró que, incluso con una lógica rudimentaria, se podía crear la ilusión de inteligencia, un concepto fundamental que influiría en el desarrollo de futuras IA.
¿Cómo funcionaba ELIZA?
El funcionamiento de ELIZA se basaba en el reconocimiento de palabras clave y en el uso de patrones de respuesta predefinidos. No utilizaba técnicas de aprendizaje automático ni redes neuronales, pero su algoritmo era lo suficientemente ingenioso como para mantener una conversación. El impacto de este programa fue tal que muchas personas llegaron a establecer una conexión emocional con él, compartiendo detalles personales como si estuvieran en una sesión de terapia real. Esto llevó a Weizenbaum a reflexionar sobre las implicaciones éticas y sociales de la IA. Aunque no se comercializó en el sentido estricto, ELIZA es considerada por muchos como la primera IA que tuvo una interacción directa y accesible con el público, abriendo la puerta a una nueva era de la tecnología.

Otros hitos pioneros en la historia de la IA
Mientras ELIZA exploraba la interacción humana-máquina a través del lenguaje, otros investigadores trabajaban en proyectos de IA que sentarían las bases para la robótica y la resolución de problemas. Uno de los más notables fue Shakey el Robot, desarrollado en el Stanford Research Institute (SRI) entre 1966 y 1972. Shakey fue el primer robot móvil capaz de razonar sobre sus propias acciones y de planificar rutas en un entorno físico. Con cámaras y sensores, podía percibir su entorno y ejecutar comandos complejos como «empuje el bloque fuera de la plataforma», lo que demostró una forma de inteligencia aplicada al mundo real. Aunque Shakey no se comercializó, fue un paso gigante en el campo de la robótica y la visión por computador, sentando las bases para los vehículos autónomos y los sistemas robóticos modernos.
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La importancia de Deep Blue y otros sistemas
El camino de la IA continuó con hitos significativos. Uno de los más famosos ocurrió en 1997, cuando la supercomputadora Deep Blue de IBM derrotó al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov. Esta victoria fue un hito histórico que demostró la capacidad de una máquina para superar a un ser humano en una tarea compleja y estratégica. A diferencia de ELIZA, Deep Blue no se basaba en la simulación, sino en la fuerza bruta de cálculo, siendo capaz de evaluar 200 millones de posiciones por segundo. (Fuente: IBM). Este evento catapultó a la IA al centro de la atención pública y demostró su potencial para resolver problemas que hasta entonces se consideraban exclusivas del intelecto humano. Si bien no fue la primera IA en salir al mercado, su impacto mediático la convirtió en un ícono de la inteligencia artificial.

De la teoría a la práctica: el legado de los pioneros
La historia de la IA está marcada por una evolución constante, desde los primeros programas teóricos hasta las sofisticadas aplicaciones que usamos hoy. ELIZA demostró que la interacción con la máquina podía ser convincente, incluso si la «inteligencia» era superficial. Shakey el Robot probó que la IA podía aplicarse a tareas físicas y de navegación. Y Deep Blue de IBM evidenció la superioridad de la IA en tareas de cálculo y estrategia. Estos programas, junto con muchos otros, pavimentaron el camino para los sistemas actuales, como los asistentes de voz (Siri, Alexa), los sistemas de recomendación de streaming y, por supuesto, los modelos de lenguaje como ChatGPT. En cada una de estas etapas, la IA ha pasado de ser una curiosidad académica a una herramienta que transforma industrias y redefine la forma en que interactuamos con la tecnología.
La evolución de la IA y su impacto
El desarrollo de la IA no se detiene. Hoy, los avances en aprendizaje profundo y redes neuronales están creando sistemas que no solo responden, sino que aprenden y se adaptan de forma autónoma. Desde la industria de la salud hasta la logística y el entretenimiento, la IA está en todas partes. Sin embargo, no podemos olvidar a los pioneros como ELIZA, Shakey y Deep Blue. Su audacia y visión sentaron las bases para el mundo de la inteligencia artificial que conocemos hoy, demostrando que la primera chispa de la IA no se encendió en el siglo XXI, sino mucho antes.
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